Entretanto, los mandos militares, envalentonados por las circunstancias, mostráronse muy activos maquinando sus celadas en diversas regiones escogidas cuidadosamente.
Sin duda alguna, encontraremos resistencia al silencio, pero no podemos prestarle demasiada atención porque nuestros enemigos se envalentonan ante nuestra mirada.