Por todo adorno llevaba grandes aretes de oro en sus delicadas y diminutas orejas y un anillo de marfil encasquillado, en el dedo meñique de la mano izquierda.
Si el disco sonase como si estuviera atascado o encasquillado, con golpeteos repetitivos, rascadas metálicas o arranques estilo motosierra... algo va mal.