En general, las calles están sin empedrar, son desiguales sucias, llenas de restos de animales y vegetales sin canales de desagüe y, por eso, siempre llenas de fétidos cenagales...
Proyectaron sus rutas de traslado, abriendo caminos entre la densa foresta para empedrar los luego y así soportaran el flujo del tonelaje trasferido por los senderos.