Son sucios porque nosotros ensuciamos, expanden su distribución porque cortamos los árboles y cubrimos nuestro entorno de cemento y sembramos especies exóticas ideales para que se conviertan en sus dormideros.
Estos lugares se conocen como dormideros, buitreras o condoreras y generalmente están localizados en riscos altos, protegidos de la lluvia, el viento y potenciales depredadores.
Debido a sus habilidades trepadoras el oso puede subir sobre palmeras o árboles en busca de sus frutos o construir en las ramas sus dormideros temporales.
Allí, donde la agricultura manda, encuentra un lugar acorde a sus múltiples necesidades de supervivencia, que van desde los dormideros, escasez de predadores y alimento al por mayor.