Generalmente se utiliza mucho para descartar otras enfermedades, como infección por parásitos, disentería amebiana, infección por yersinia, paratifus, etc.
Los patógenos que prosperan en ambientes acuáticos provocan cólera, fiebre tifoidea, disentería, poliomelitis, hepatitis y salmonelosis, entre otras epidemias.