Una obligación que, valga la pena resaltar, nunca se mencionó en las experiencias de desmovilización de las guerrillas durante la década de los ochenta.
Cuando el conflicto ha concluido, muchos niños no son oficialmente reconocidos como ex combatientes y, por lo tanto, quedan excluidos de los programas de desmovilización.
Habrá dificultades de desmovilización, de reinserción, de financiación, de verdad y perdón de las víctimas, de redistribución de tierras, de participación en política, etcétera.
El 12 de febrero recordamos a todos estos menores reclamando que se pongan en práctica políticas concretas para su desmovilización, rehabilitación y reinserción.