Muchos compuestos se basan en una relación metonímica, como, por ejemplo, pelirrojo, ciempiés o correveidile (y lo mismo ocurre con alguna palabra formada por parasíntesis, como pordiosero).
Y se sabe perfectamente de quién vienen, porque las palabras no engañan, expresan perfectamente la personalidad de quien las pronuncia; tal vez un inadaptado o un correveidile.
De este modo, manifestó en relación a la cesión que la web ha hecho hacia cinco cabeceras evitamos el peligro de convertirnos los periodistas en correveidiles.