Además, el sodio forma parte de gran cantidad de aditivos alimentarios legalmente autorizados: conservantes, estabilizantes, emulgentes, espesantes, gelificantes, potenciadores de sabor o edulcorantes.
Esta declaración de ingredientes debe ser completa y exhaustiva de tal forma que en ella estén incluidos todos, desde los emulgentes a los conservantes.
Sin embargo, lo mejor es no complicarse, evitando aquellas que contienen perfumes, colorantes, brillos o muchos conservantes porque pueden irritar la piel.
Y ni qué hablar de los alimentos fabricados por el hombre, que suelen ser plásticos que mezclan mil cosas, más conservantes, saborizantes, etc. etc....
La introducción de una alimentación balanceada y natural disminuye la exposición a conservantes y saborizantes artificiales que producen oxidación de la articulación.