Independientemente de cuál sea el combustible fósil que utilicen (fuel-oil, carbón o gas), el esquema de funcionamiento de todas las centrales termoeléctricas clásicas es prácticamente el mismo.
El alcohol tiene un alto poder antidetonante y no aporta las impurezas que normalmente tiene un combustible fósil, es posible que no haya que recurrir a aditivos en motores modernos.