Habla con ellas con naturalidad, espontaneidad, sin afectación; pero siempre con sumo respeto, discreción, dignidad y sobriedad, evitando el comportamiento chabacano, atrevido, peligroso.
Sin embargo, creemos que el cine espiritual ha de seguir resistiendo para aportar sentido cuando la diversión chabacana y soez apaga sus artificios comerciales.