Retazos, destellos y ausencias de una discoteca, un club de costumbres casquivanas, algún que otro hostal o gasolineras y mucha melancolía por un pasado que no volverá.
Eso no excluye que existan casquivanos cuya culpa es inconsciente; maldicen por ociosidad o por, diversión, sin sospechar donde conduce el camino en que se aventuran.