Apple ha traído al sector tecnológico un canal de distribución muy rentable, basado en concesionarios y similar al que ofrecen las empresas automovilísticas.
Formas y estilos de épocas pasadas son aprovechados hoy para que firmas automovilísticas actualicen su gama, presentando nuevos modelos que les reportan enormes beneficios.
Es un comienzo, supongo, pero resulta muy diferente a decirles a las empresas automovilísticas que harían mejor en reequiparse para producir turbinas eólicas en masa.