Estas psicosis evolutivas presentan potencialidad suicida cuando las ideas de muerte aparecen relacionadas con sus producciones delirantes o con alucinaciones auditivo-verbales de contenido tanático.
En este importante proceso biológico, que media en parte cómo la música afecta nuestras emociones, participan dos regiones: la amígdala y las áreas auditivas subcorticales.
Tales alucinaciones o percepciones alteradas sin el objeto correspondiente, son de naturaleza predominantemente visual y en menor proporción auditivas y olfatorias.
Las vías de conducción de los estímulos procedentes de los receptores del aparato vestibular llegan al ganglio vestibular en el conducto auditivo interno.