Las fotografías de la policía mostraban a un anciano ataviado con un abrigo largo y botas, despatarrado sobre la nieve, los ojos totalmente abiertos, la mandíbula floja.
Son ustedes invitados de primera línea para este poema que se escribió en 2000, tal vez lleno de múltiples ajenjos y ataviado con colores de varias pieles y otras iridiscencias.
Esta pseudodevoción gana cada día más fama: un esqueleto ataviado con vestido, guadaña, balanza, brazos y falanges de metal o con figuras de oro y plata.