Una escena arquetípica del género: el héroe y la mujer intercambian miradas, él de tipo duro, ella de embelesamiento, y ya sabemos que al final acabarán juntos.
Siendo arquetípica, esta energía fundamentalmente no es ni buena ni mala, pero potencialmente puede manifestarse en cualquier dirección dependiendo de nuestra intención.
Aquella imagen arquetípica de la anciana encorvada, batiendo lentamente una gran cacerola con restos humanos, me viene a la cabeza ahora que toco teclado.