Su efecto antipirético deriva de la acción a nivel central, en el centro termorregulador hipotalámico, produciendo pérdida de calor bajo dilatación periférica y sudoración.
El paracetamol posee propiedades analgésicas y antipiréticas parecidas a las de la aspirina pero no tiene actividad antiinflamatoria, ni ejerce ningún efecto antiplaquetario.
La actividad reductora de la fiebre (antipirética) en el ser humano es aproximadamente similar para el ácido acetilsalicílico y el paracetamol administrados por vía oral.
Las autoridades exhortan a combatir el malestar con antipiréticos, como el acetaminofén, y desechar la posibilidad de emplear otro tipo de medicamentos como antibióticos.