Modificar las cadenas de carbono de las gasolinas para aumentar la calidad del carburante (reformado) y elevando el poder antidetonante de la gasolina.
El número de octanos se relaciona directamente con la cualidad antidetonante necesaria en el combustible para resistir la tendencia a la detonación o autoencendido.
El alcohol tiene un alto poder antidetonante y no aporta las impurezas que normalmente tiene un combustible fósil, es posible que no haya que recurrir a aditivos en motores modernos.