La complejidad estructural y funcional de esta célula la hace proclive a padecer diversas alteraciones que desembocan en patologías retinianas e incluso la ceguera.
Es lo que dice la gente dolor que corre y como no produce habitualmente alteraciones articulares permanentes se le atribuye erróneamente cierta benignidad.
Entre los signos mayores están la obstrucción nasal, la congestión facial, sensación de presión facial, la rinorrea purulenta y las alteraciones del olfato.
Alteraciones graves del lenguaje (mutismo, atraso en la adquisición del lenguaje verbal, uso no comunicativo de la palabra, ecolalia diferida, inversión pronominal).
Pueden producir la distintas alteraciones de la zona lumbar de la columna vertebral, como una espondilosis, que es un proceso degenerativo de la columna, o también una herida discal.