Era la verdaderamente creativa, fantaseadora, con un vocabulario entre esotérico y folclórico, capaz de perpetrar las cursilerías más encantadoras y de un humorismo involuntario constante.
Entre ellos, se destaca el suicidio de un ex compañero de colegio, quien además era el geniecillo de un grupo de amigos que se sentía subyugado por él.