Intacto, inajenable, un gran espacio blanco, azul, en mí, no acepta más que los vuelos tuyos, los pasos de tus pies; no se verán en él otras huellas jamás.
Y quedan por hacer, por supuesto, las gestiones de permisos de vuelos, el cierre de acuerdos con compañías aéreas, los turoperadores y el abastecimiento del personal necesario.