A continuación, conseguido tal efecto intimidatorio y disuasivo, reanudaba su sermón el ahora satisfecho predicador y con socarrón retintín, bajando como medio tono la voz, aclaraba..., eso dicen los ateos...
En corto, una crítica a la pseudo-nacionalización de la práxis revolucionaria chapina, que no pasa de retintínes pateticos y remembranzas de infarto en piscina, coronas de flores y amplias alianzas.