Estas especies, por medio de sus coronas y sistemas de raíces, protegen los suelos contra la erosión, al mismo tiempo que suministran desechos orgánicos que contribuyen al reacondicionamiento edafológico.
Para poder fotosintetizar, la cianobacteria necesita sintetizar los compuestos orgánicos disueltos a través de la absorción de dióxido de carbono y su posterior fijación.