Los parpados separados por pedazos de palillo dejaban ver unos ojos cuajados, que no miraban, no expresaban amor - como dijera el poeta -, ojos inexpresivos.
Tú y yo, los personajes que crecemos sobre una página, la mayor parte del tiempo somos inexpresivos, revelando poco, nada confiables, elusivos, evasivos, obstruccionistas, renuentes.
Por ahí los tenemos, en los bolsillos, en especiales estuches de colorines, impertérritos e inexpresivos por sí mismos, con su obstinada mudez de cosa artificial.