En nuestros debates con catastrofistas y decrecionistas, aparecen cinco falacias argumentativas y una falacia metodológica que se alimentan mutuamente en un tejido difícil de desembrollar.
Esas falacias contrastan con la elaboración cuidadosa de los cuentos, cuya capa de investigación casi científica, casi detectivesca... presenta un intento de ordenarlo todo.