La libertad permitió que los contrarrevolucionarios se moviesen libremente provocando numerosos actos de sabotaje, y sólamente al final se empezó a detener a los saboteadores.
Estos contrarrevolucionarios presentan planes y programas que cumplen a medias y no logran incrementar el potencial de producción y cumplir las metas finales.
De hecho, sus instalaciones se han convertido en un centro promotor de actividades de subversión interna, entrenando y financiando a grupos contrarrevolucionarios.