La crítica cinematográfica debe ocuparse de los tres aspectos, pero nunca del primero únicamente, porque eso es más propio de periodistas y gacetilleros.
Se regodea durante toda su duración en su naturaleza cinematográfica pura y no recurre a elementos literarios o teatrales para justificar su existencia.
Realmente no están sino en desvencijar un poquito la narración cinematográfica tradicional, con escenas que parecen no venir a cuento, conversaciones desconectadas del progreso narrativo, etc..