Notamos la existencia de una especie braquiloquia, borradura o silencio producido por los tres puntos, pues se omite algo, un pensamiento, una idea, una emoción.
Pero el desarraigo urbano remite, por debajo de ese bosque de imágenes, a otra cara de la des-espacialización: a la borradura de la memoria que produce una urbanización racionalizadamente salvaje.