El pozo, intenciones aparte, articula su discurso desde los lugares comunes y las secuencias de inmediato impacto, emotivas y repletas de didactismo médico y familiar.
En la larga mesa empiezan a aparecer brazos que cogen montaditos, que untan paté, que pinchan anchoas y aceitunas, que pasan bandejas repletas de comida, que acercan botellas de vino...
Entonces, todos nos conseguimos un atrapasueños y somos felices y soñamos cosas lindas ponis, unicornios, tierras repletas de helado y cosas así biiiiem boniiitas.