No sólo eso, la alternativa que proponen estos esquizofrénicos que comulgan, con perdón, con los escraches desde la atalaya de su despacho, es el pogromo.
La sabiduría de las multitudes produce, en el mejor de los casos, unas cuantas modas masivas y en el peor de los casos, la quema de libros y los pogromos.