A emulación y escoltamiento de los mismos coros angélicos, entre los cuales, a despecho de tanta semiótica democrática, hay tronos, potestades, dominaciones y principados.
Los cambios de voces (coros, guturales, canto limpio, voces femeninas) solamente exaltan las infernales letras que llevan a la perdición del inocente lector.