De este modo, quedamos preparados a admitir que la sugestión (o más exactamente, la sugestibilidad) es un fenómeno primario irreducible, un hecho fundamental de la vida anímica humana.
Siempre he sido de lucha, fuera como reportero o como director de revistas como el chahuistle, pienso que los divulgadores de la ignorancia pueden ganar, si nosotros nos quedamos quietos.