Lo habitual en este caso es clavetear con dientes de ajo, trufa negra, jamón, panceta, anchoas, pepinillos, lengua escarlata... todo depende del alimento que se va a aromatizar.
Nuestro padre hace mucho ruido cuando se levanta, quizás a propósito, y se las arregla para ir y venir por las escaleras con sus zapatos claveteados veinte veces, todas inútiles.
Otras veces sudarios, ropas de época, adornos y claveteado de los sarcófagos son indicios tafonómicos que pueden darnos pistas sobre la época y las prácticas culturales de aquellos tiempos.