Todas las tradiciones reconocen dos principios fundamentales: lo masculino (seco, cálido, activo, sulfúrico) y lo femenino (húmedo, frío, pasivo, mercurial).
La falsa comunicación, la comunicación mercurial de las mentes, produce caos; la comunicación profunda y personal es la única fuente de auténtico orden.
El hallazgo más significativo es la denominada estomatitis mercurial cuyo principal síntoma es la sialorrea, a menudo acompañada de hipertrofia de la glándulas salivares.