En su interior, debido a los movimientos y rozamientos de aire, se van arrancando electrones, que acumulan cargas eléctricas en determinadas zonas de la nube.
La fuerza de un hombre apretando dicha palanca, produce un trabajo de suficiente intensidad como para vencer el rozamiento de las ruedas, durante varias horas.
Con frecuencia, estas fuerzas son fuerzas de rozamiento, pero en un sistema oscilante pueden existir otras fuerzas amortiguadoras, por ejemplo eléctricas o magnéticas.