Los radiómetros en bruto, toman los datos como radiancia, se envian como señal radioelectrica, luego se calibran y se obtienen datos en unidades representativas, como temperatura de brillo.
Por todo lo expuesto anteriormente se recomienda la utilización de radiómetros periódicamente cada seis meses para poder garantizar la operatividad del equipo, así como mantener limpias los conductores.
El séptimo instrumento, otro radiómetro, controla las corrientes marinas, la temperatura y salinidad del agua, y la distribución de sedimentos y la clorofila.
Desde hace tiempo, agricultores han instalado equipos en sus invernaderos que permitan la automatización de ventilaciones, radiómetros indicando el grado de luminosidad, equipos de calefacción y muchas otras tecnologías.