Para el referido autor, es preciso desagregar tres planos en la determinación de los asuntos filosófico-jurídicos: el deontológico, el ontológico y el fenomenológico.
La obligación deontológica de un ingeniero que diseña sistemas vitales consiste en implantar los medios técnicos razonables que reduzcan la posibilidad de fallo catastrófico.