Por su honestidad, por la celeridad y exactitud en el ejercicio de la justicia, por su castidad, los hotentotes sobrepasan a todos, o casi todos los otros pueblos.
Si este escritor hubiese creído que los americanos éramos más bárbaros que los mismos hotentotes, era preciso confesar que nos hablaba en el lenguaje más a propósito a su intento.
Los khoi, llamados hotentotes por los europeos, eran pastores y fueron aniquilados y los san, llamados bosquimanos por los europeos, eran cazadores-recolectores.