No podemos seguir avanzando porque sería detectar nuestra presencia y decidimos abrir cuevas en el zacatal para pasar el día cubiertos por la alta hierba.
Entrábamos y salíamos de trochas y quebradas introduciéndonos en zacatales y sitios de ganadería en donde mugían y hasta nos persiguió un toro salvaje al lado de los alambres.