Un señor compró una televisión y una videograbadora, en un rancho puso unas gradas de madera y así puso un cine y la patojada feliz, sobretodo adolescentes.
Hace tiempo se discutió si quien fabrica o vende una videograbadora podía infringir el derecho de autor, justamente por facilitar la reproducción ilegal.
No conozco hoy por hoy un adulto más o menos acomodado, reaccionario o apegado a las tradiciones, a quien un hijo no le haya enseñado autilizar una videograbadora.