Esta rapidez de la atmósfera contrasta enormemente con la lentitud de la rotación del planeta en sí mismo, el día venusiano, que equivale a 243 días terrestres.
Si tenemos una carencia de material venusiano, por ejemplo, lo subsanaremos poniéndonos una prenda de color amarillo, porque ese color atraerá sobre nosotros las vibraciones que nos faltan.