Pero si, en cambio, nuestro corazón es obstinado y vanaglorioso sólo percibiremos los moldes, los métodos y los sistemas, y no recibiremos la abundancia de vida que viene de atrás.
Eso quiere decir que no debemos provocarnos los unos a los otros, teniendo envidia los unos contra los otros, haciéndonos vanagloriosos los unos a los otros.