Si alguien está en un nevado aumenta la actividad muscular y por eso titirita, se mueve el azúcar que es fuente de energía y se acelera su frecuencia cardíaca.
Un penetrante frio alcanzaba llegar a mis huesos, quebrándome hasta el punto de titiritar, sin embargo yo permanecía estupefacto, con mi abrigo al alcance de mi mano.
Cuando mi esposa la trajo a casa, el perro era un saco de pulgas lamentable, que apenas podía moverse y titiritaba de frío con un poquito de corriente.