Para fechar los materiales arqueológicos se mandan a laboratorios de radiocarbono, termoluminiscencia, hidratación de obsidiana, dendrocronología u otras técnicas que permitan una ubicación histórica de los hechos.
Si un manuscrito incluye más de tres fechas radiocarbónicas (calibradas o no calibradas) o de termoluminiscencia, publicadas por primera vez, éstas deben ser incluidas en una tabla.
Otros análisis que se hicieron utilizando el método de la termoluminiscencia probaron que ha habido asentamiento humano en este lugar desde hace 100 milenios.
Trabajos efectuados en termoluminiscencia demuestran una modificación de la estructura física de las diluciones de cloruro de litio y de cloruro de sodio en relación a las de su solvente.