Durante un episodio de sonambulismo el cerebro está parcialmente despierto, dando lugar a comportamientos complejos, pero no hay conocimiento de las acciones.
El sonambulismo y los terrores nocturnos están muy relacionados entre sí y algunos autores los consideran variantes de un mismo proceso patofisiológico.
Este problema suele estar causado por una lenta maduración, aunque, a veces, acompaña a trastornos del sueño como el sonambulismo o los terrores nocturnos.