Para mantener la radiación sincrotrón, es necesaria una fuente de energía muy potente que suministre continuamente electrones a velocidades relativistas (cercanas a la de la luz).
La mayor aportación a la innovación no son más proyectos absurdos como sincrotrones, más subvenciones, irracionales programas de estímulos a modelos obsoletos, ni burradas así.
Para producir luz de sincrotrón de manera controlada se utilizan aceleradores de electrones; se tiene registro de alrededor de 60 instalaciones científicas en el mundo que cuentan con ellos.
Como ya hemos visto, las partículas cargadas (electrones, protones, etc) se mueven siguiendo las líneas de campo magnético haciendo espirales y emitiendo así la llamada radiación sincrotrón.
Varios países que hasta hace un par de décadas tenían un desarrollo científico y tecnológico semejante al nuestro se propusieron contar con un sincrotrón.
El papel precursor de la ferritina es crucial para la formación de las nanopartículas magnéticas y ha sido puesto de relieve gracias a delicados experimentos de absorción de radiación sincrotrón.
Este tipo de radiación es también conocida por el nombre de radiación de sincrotrón, debido al acelerador de partículas en el cual este efecto fue observado por primera vez.