Además, el sebo segregado por las glándulas sebáceas, que sirve de abrillantador del pelo, también tiene una función protectora contra los agentes infecciosos.
Las complicaciones se presentan cuando la piel es incapaz de eliminar estas acumulaciones de la profundidad de los poros y las glándulas sebáceas están bloqueadas.
Pero conforme el cuerpo empieza a madurar, las hormonas estimulan a las glándulas sebáceas para que fabriquen más sebo y estas pueden volverse hiperactivas.