En este grupo se incluye la acupuntura, la homeopatía, la terapia neuronal, la auriculoterapia, la electroterapia, la fitoterapia, la magnetoterapia, la medicina manual y la reflexoterapia, entre otras.
Para algunas de estas dolencias la reflexoterapia podal es sólo una ayuda terapéutica, no un remedio definitivo, pero puede complementar la acción de los fármacos.
Toda medicina es un asunto relacional, cómo te relacionas con el paciente, lo puedes hacer con una mirada, con un consejo, escuchando o puedes utilizar la reflexoterapia o el láser.
Por ello la validez de la reflexoterapia está cuestionada, más allá de la sensación subjetiva de alivio (efecto placebo) que pueda experimentar quien se somete a un masaje.