En ella había un volumen con un guerrero en la portada, un guerrero volando sobre un dragón, que al mismo tiempo parecía un pterodáctilo y un planeador.
Sonidos como música y sonidos como lonas voladoras llenaban el aire: los pterodáctilos que volaban con cavernosas alas grises, murciélagos gigantescos nacidos del delirio de una noche febril.