Gorka no pretende transgredir ningún horizonte, su búsqueda es la del silencio, las ondas preteridas de ese misterio cosmogónico, de ese padecer en las hordas de la inmensidad.
Los que no puedan mostrar esos requisitos no serían acreedores al respeto que ordinariamente tributamos a las personas, y podrían ser preteridos o, en el límite, eliminados.