En cambio, me encataría ser etóloga, especialmente primatóloga (hay ciertas copiatas pululando por ahí), ministra o concejala, profesora de lengua, escritora, filósofa, payasa, trabajadora social...
Y situaciones disparatadas, hay que reconocer que tiene unas cuantas, con una protagonista que me ha parecido una cabeza de chorlito, bastante payasa e inmadura.